Sinceramente, creo que parte de nuestros problemas tiene sus orígenes en las pilas bautismales:
"¡Fuera del reino de las Islas Afortunadas!" - dijo la princesa Ástrid
a Sigfrid, el caballero de las hostias proporcionales.
¿Epopeya germánica? No: silbos gomeros.
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