[Abhinc quattuor dies adfui congressui de hodiernis ad docendum instrumentis
Campi Stellae habito. In honorem laboris Alvari Vilarinni et omnium qui renovatione rationis linguae latinae docendae studiose
se exercent, hodie mecum apporto antiquum testimonium hispanicum cum eorum conatibus congruens. Braulius Faux (MDCCXCI- MDCCCLXV)
scripsit curiosissimum opus cui titulus
est “Vida de Pedro Saputo” (ed. Catedra, Litterae
Hispanicae, et hic). Petrus Saputus est puer ingenio acutissimo qui traditos mores institutionis scholaris
reicit et omnes artes per se usu mirabiliter discit: litteras, musicam,
textilia, picturam et reliqua. Post conatum linguae latinae discendae per
nominativos et coniugationes, scolastichis per vicos ludentibus se iungit et
hoc evenit:]
No hacía aún una hora que dormía, cuando acertaron a pasar por allí cerca
unos estudiantes que iban de motus (…) Viéronle y se acercaron (…)-Dejémosle
en paz, dijo otro. -No, replicó otro, que le hemos de despertar y llevar con
nosotros. Habló el cuarto (pues no eran más) y dijo lo mismo, y pareciendo bien
a los dos primeros le despertaron gritando uno de ellos: expergiscere, frater, et surge. (Que
quiere decir: despierta hermano y levántate.) Despertó en efecto, no por la
fuerza del latín, que él no entendía, sino por el sonido de las palabras que
entraron en sus oídos; y al verse delante los cuatro licenciados, pensó de
pronto si serían alguaciles; pero violes algunos instrumentos músicos y
reparando en el traje adivinó lo que eran. -Noli turbari, dijo el mismo, escolastici
enim sumus, et te miramur et amore prosequimur. (Quiere decir: no te
turbes, pues somos estudiantes y te contemplamos admirados y te queremos.)
-Señores, dijo él ya levantado: si vuesas mercedes no me hablan en mi lengua, no entenderé lo que
me dice. -Non licet
nobis, dijo
siempre el mismo, alio sermone uti quam latino. (No
nos es permitido o no podemos hablar sino en latín.) -Señores, dijo él un poco
entero; si vuesas mercedes me hacen la burla, díganmelo en lengua que lo
entienda, y veré lo que me conviene. -Callad por vuestra vida, dijo uno de
ellos al latino; el mozo tiene razón. ¿Qué vais a hablalle en latín? Sabed,
joven excelente, que os hemos topado acaso y nos habéis parecido bien. Sentimos
que no seáis de la profesión, porque os veníades con nosotros, y os certifico
por la experiencia que de ello tengo, que pasaríades la vida más alegre que
habéis de conocer en el mundo. -La profesión, señores, dijo él entonces, no me
parece a mí cosa necesaria; ese
latín es el que me pone algún estorbo al paso, porque se ofrecerá alguna
vez hablalle y descubriré mi falsa ropa. -Yo os lo enseñaré, dijo uno de ellos, en quince días. -Pues yo, contestó Saputo, os doy
palabra de aprendello en ocho, y os sobran siete para mirar y remirar la
obra que habredes hecho (…) quedó ordenado de estudiante (…)
En el mismo pueblo se hicieron con un Arte viejo que pidieron
a un huésped, y tomándole Pedro Saputo, en un rato repasó los nominativos, en otro las conjugaciones,
callando que las hubiese aprendido; tomó de memoria escribiéndolas en un papel
las partes indeclinables de más uso, y en pocos días salió un mediano latino faltando
poco de lo que prometiera cuando dijo que aprendería el latín en ocho días. Porque con el ejercicio de hablar
siempre en latín entre ellos, muy pronto igualó a sus compañeros, y
después en su casa le acabó de aprender con más fundamento.
BRAULIO FOZ, Vida de Pedro Saputo, Segunda parte, Cap. IX-X
[Bonos
eventus omnibus qui pro lingua latina acerrime contra inertiam,
pigritiam et fata pugnatis opto! Valete.]
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