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viernes, 27 de junio de 2014

MENSAJE DEL (ANTI)SISTEMA: CORTE TEMPORAL DE SERVICIOS

               Llegadas estas señaladísimas y entrañables fechas, me veo en la obligación de desaparecer temporalmente. Resurgiré, como la mayoría, en  Septiembre con las pilas cargadas. Como dice Séneca en una frase muy citada de De Tranquillitate animi:

  DANDA EST ANIMIS REMISSIO:

MELIORES ACRIORESQUE REQUIETI SURGENT



          No obstante, debería encontrarme en Santiago el 7 y 8 de Julio en el curso que organiza la SEEC. También estoy en twitter en  @Laleydelencaje, pero muy esporádicamente. En todo caso, feliz verano a todos y a disfrutar.

lunes, 16 de junio de 2014

EXAMEN PAU RAZONABLE EN GALICIA

Al fin me hice con un ejemplar. El protagonista es el mismo, pero se cortó por donde se debe. Se  ve que PAU también fue Magister alguna vez. La opción B no es fácil ni difícil, ya dije que no la puedo ver (y lo cumplo).


COMBATE ENTRE MAGISTER Y PAU

El viernes me desperté de madrugada y no pude seguir durmiendo, importunado por la cena copiosa y el disgusto por el desplome del tiqui-taca. Así que abrí la ventana y me disponía fumar un pitillo cuando vi salir del Goanna, el pub antelucano de mi pueblecillo, a mi vecino Magister con serias dificultades para mantener el equilibrio, sin duda por culpa de una de sus habituales ingestas etilícas de fin de semana. Y mientras me divertía viéndolo a duras penas alcanzar nuestro portal, he aquí que aparece un hombre madrugador, bien arreglado, que de lejos se echaba de ver que iba a cumplir con sus obligaciones laborales. Al pasar junto a Magister, lo agarró para que no cayese y comenzaron a hablar, pues parece que se conocían. Como estaban algo lejos y Magister pronunciaba con dificultad, parte de lo que trataron lo adiviné más que oírlo. Por eso transcribo en negrita aquello de lo que puedo dar fe.

PAU: ¡Hombre, Magister! Precisamente me he levantado temprano para corregir los resultados de tu trabajo del año.
MAGISTER: (Algo alterado por los vapores). A ti te quería ver para decirte dos…
PAU: (Atajándolo). Ya sé, ya sé. Lo de todos los años, que el examen era difícil y que así no vamos a ninguna parte…Si ni siquiera sabes las notas de tus alumnos.
M.: No es cuestión de la dificultad ni de las notas; es que no me parece adecuado el texto.
PAU: Sí, claro. Vosotros querríais que el examen fuera una frase como  Sed res per consulem tantum prospere gesta est, y que indiscriminadamente todos sacasen un diez.
M.: No es eso. Esas frases son precisamente las que no hay que poner, porque tantum, aunque en Eutropio es mayoritariamente el adverbio “solamente”, aparece perdido en el diccionario Vox en la línea 29ª de su entrada. Si el profesor, no se acordó de decirla que la subrayasen…
PAU: Bueno, al grano: ¿a qué frase le pones pegas?
M.: No estoy muy seguro, porque nadie lo subió a Internet y los compañeros siempre se olvidan de traer el examen de latín, como hay pocos alumnos, les parece marginal, si sus hijos no la cogen...
PAU: Si no lo viste, ¿de qué te quejas?
M.: Es que vi el examen de Extremadura y me pareció dificilillo. Y paseando por la tarde vi por la otra acera a uno de mis alumnos que se iba al Arde Lucus, le pregunté a voces qué tal le fue y me dijo “de Nerón y parricidios” a la vez que con el pulgar me hacía el gesto de OK y
PAU: ¿Entonces?
M.: Es que la frase ut spectaculi eius imaginem cerneret, quali olim Troia capta arserat es inadecuada porque la correlación is…qualis no es muy común y con el antecedente en genitivo modificador de un sustantivo en genitivo y el consecuente en ablativo con el sustantivo elíptico es inusitada. Para un profesor de enseñanaza media como yo es incluso un caso único. De hecho, la primera vez que la leí la interpreté como una comparatio compendiaria, del tipo quali spectaculo fruiti sunt quii adfuerunt tum cum olim etc.
PAU: Creo que el alcohol te hace ver cosas enrevesadísimas. Simplemente es un ablativo de circunstancia acompañante: de un espectáculo “de tales características, con (-i) cuales características (qual-) en otro tiempo” etc. Es decir, como el movimiento de la frase deja ver fácilmente:” un espectáculo tal como el que se vio cuando en otro tiempo ” etc.
M.: Sí, ya hace dos años, con respecto a non levius bellum quam Hannibal paraverat  apareció el movimiento de la frase. Pero a mí no me acaba de convencer.
PAU: Lo que pasa es que queréis un latín chapurreado, sin  nada de gramática y cuando aparece algo en que mínimamente…
M.: Eso sí que no es cierto. Utilizamos odas las víasque podemos para enseñar latín, eso incluyeque también les atiborramos de gramática. Si no les enseñásemos gramática, nos importarían un pimiento las dificultades gramaticales que presentan esas frases. El problema es que en la frase de Aníbal, el alumno la traducirá bien porque bellum es femenino en español y no se parará a pensar si el quam es relativo o comparativo ni si hay una braquilogía: bellum quam quod. Simplemente traducirá: más grande que la guerra que etc. Lo mismo pasa con el spectaculi eius quali.
PAU: Entonces no es para tanto.
M.: Pero el alumno normal no podrá dar cuenta exacta del valor del quali y por qué lo traduce así. Se favorece al simplemente inteligente que no ha hecho caso de las reglas gramaticales y se perjudica al que las ha estudiado pacientemente y las aplica a la hora de traducir, que le da vueltas a la frase porque se acuerda de que su profesor le dice que no se puede traducir nada sin antes haber comprendido perfectamente las estructuras. Es, por lo menos, incongruente.
PAU: No debe ser para tanto, porque a tu alumno no le ha ido mal.       
M.: Pero no es cuestión de eso. Antes me cortaste cuando te contaba mi encuentro con él. Entrando en la estación de autobuses, aún añadió: “¡Me lo había leído!”.
PAU: ¿Qué quiere decir?
M.: Que cuando acaba el curso, en vez de seguir dando clases como otros, yo sólo les recomiendo que hagan una rápida lectura del  libro entero de Eutropio, que ya han traducido en una buena parte.
PAU: ¿Y se acuerdan de lo que leyeron?
M.: Creo que no lo harían si el pasaje fuera normal, pero sí si es excepcional.
PAU: ¿Qué quieres decir con “excepcional”?
M.: Les digo que se salten lo ya traducido o los pasajes parecido pero con otros protagonistas, pero que estén muy atentos a ver si alguien se acuesta con su hija, pesca con redes de oro o mata a su madre.
PAU: ¿Y por qué ese gusto morboso?
M.: Porque si no conocen la historia, porque el profesor no tuvo dotes adivinatorias, y en el examen alguien se prostituye tocando la lira, igual se quedan perplejos y empiezan a enredarlo todo antes de poner algo que les parece imposible.
PAU: Ya veo que no te vale nada. Es muy fácil criticar la labor ajena. No sabes lo difícil que escoger un texto de tres líneas para evaluar con justicia los conocimientos de alumnos ajenos.
M.: La verdad es que no lo sé. Pero creo que deberían tenerse en cuenta dos principios.  El primero, hacer el esfuerzo de ponerse en el lugar del alumno.
PAU: ¿Cómo?
M.: Abstraerse de todo lo que sabes y quedarte con los solos conocimientos y herramientas que debería tener un buen alumno de latín en 2º BAC y enfrentarte al texto que has elegido.
PAU: Si fuera posible hacer eso, ¿de qué valdría?
M.: Te valdría, por ejemplo, para hacer el esfuerzo de buscar todas y cada una de las palabras del texto en el diccionario VOX y ver que bajo el lema “prostituo” sólo aparece una traducción: “prostituir”, y  que es posible que un alumno mínimamente reflexivo se quede estupefacto al ver que alguien se prostituye bailando y tocando la lira. De ahí a llenar el ejercicio de disparates hay un pequeño paso. Y, por supuesto, no debería haber ninguna trampa gramatical.
PAU: Dijiste dos, ¿cuál es el otro?
M.: El texto debería evitar lo más posible el tener que buscar palabras en el diccionario. Casi soy partidario de no permitir su uso.
PAU: Claro. Así sólo se podrían poner media docena de fragmentillos adivinables y, además, chupados.
M.: Creo que no. Habría algo menos de dificultad gramatical, es cierto, pero se podrían poner fragmentos bastante más largos donde el alumno diera cuenta de su saber la lengua latina por su conocimiento de vocabulario y de la materna por su traducción. No habría que eliminar ningún fragmento porque las palabras más difíciles se proporcionarían en el examen, incluso, si se quiere, en el formato VOX. Se podría incluso elaborar una lista del vocabulario mínimo exigible gracias a las listas de frecuencia de Intratext.
PAU.: ¿Y la gramática?
M.: Para eso está la pregunta gramatical. Si el texto fuera más sencillo, se podría aumentar incluso un poco su valor, para que den cuenta de su técnica. Lo que no puede ser es que alumnos tirando a buenos se salven por un truco y vean que el trabajo de tres años no les valió para nada porque, ya se sabe, los romanos eran gente che no si sapeva da donde veniva, no si sapeva dove andava, faceva in genere cose banalissime o folli
PAU: No sé. Bueno, de todo lo que dices veo que, por lo menos, en algo estamos de acuerdo: estás pensando siempre en Eutropio como autor.
M.: Sí, al principio tenía mis dudas, pero cada vez me gusta más, porque son capaces de traducir capítulos enteros sin tocar el diccionario.
PAU: Y de Fedro, ¿qué me dices?
M.: A ese lo odio. Tengo escrito un decálogo para prohibir su uso para aprender latín. No sólo es inadecuado sino nocivo porque… cargado… copas…pero…el lunes…


            Y aquí terminó el combate porque a Magister ya no se le entendía nada y PAU lo convenció para que entrara en el portal. Encendí un pitillo y lo disfruté morosamente. Cuando volví a la cama, todavía se oía a Magister luchar infructuosamente con la cerradura.

miércoles, 4 de junio de 2014

LATINVM AD LATRINAM (XXV): HAGÁMONOS UN FAVOR: EXAPTÉMONOS



      Se denomina en biología evolutiva exaptación (frente a adaptación; otros lo denominan preadaptación) al hecho de que un órgano dotado de una función original logre adaptarse para cumplir otra función. Por topármelo reiteradamente, colijo que el ejemplo canónico es el de las vejigas natatorias, que se convirtieron en pulmones cuando las primeras criaturas marinas se adaptaron a la vida en tierra. William H. Calvin (neurofisiólogo) y Dreck Bickerton (lingüista) aplicaron el concepto para explicar el origen del lenguaje (especialmente el paso del protolenguaje a otro sintácticamente complejo) en su obra Lingua ex Machina (ed. Gedisa, 2001).

[En el colegio tuve dos profesores de latín. El primero fue D. Ángel,  jefe de estudios, que impartía cada año cualquier materia a falta de otro profesor (francés, gimnasia, lengua, latín e informática; ésta, con un solo ordenador en el aula, el suyo, un Spectrum de 4K). En COU, un profesor de historia que contrataron aquel año y que además se encargaba de nuestra asignatura. Realizaron su trabajo correctamente y sin ninguna diferencia apreciable con el que cada especialista realizaba en su asignatura. Sólo se les puede achacar un defecto: no sabían latín. La situación del griego era ligeramente diferente: además de no saber griego, reconocían que no lo sabían (y que de nionguna manera contratarían un profesor). Por eso, no nos ofrecieron griego en la elección al final de 2ºBAC y estudié matemáticas.]

            Podría poner muchos testimonios de situaciones análogas, pero, por breve, he he elegido uno de Nicolás Estévanez y Murphy (1838-1914), militar cesante, ministro (efímero) de Guerra en la primera República, finalmente exiliado cuarenta años en Francia, donde se ganó la vida como traductor de la casa Garnier. En Mis Memorias se puede leer:

No he de cerrar esta página, consagrada a mis remembranzas infantiles, sin tributar un recuerdo a mis maestros de entonces. Aprendí a escribir con don Manuel Villavicencio, cabo de gastadores de la milicia nacional; fui discípulo mucho más tarde del ilustre don Juan Puerta Canseco; tuve por profesor de náutica y de francés al venerable don Miguel Maffiotte. Y aún recuerdo las polémicas sostenidas en mi casa cuando mi abuela recomendaba que me enseñaran latín, a lo que mi padre se oponía, por considerarlo inútil y hasta pernicioso. Al fin cedió mi padre, y recibí lecciones de un señor Benítez; pero los esfuerzos de este último no dieron resultado. Mi pobre abuela no consiguió que su  nieto llegara a saber latín... si bien aprendí lo suficiente para comprender que mi maestro tampoco lo sabía.

Unos días atrás, a raíz de un artículo de Carlos Cabanillas, ha habido un pequeño debate sobre el método ideal para enseñar latín. No voy a reabrir el tema extempóraneamente, en parte porque en lo fundamental todos estamos de acuerdo: debe haber complemento y no contraposición entre los métodos tradicionales y los activos modernos. Yo así lo hago, primando más lo gramatical por la mañana y lo oral en Adultos. Tampoco me importa reconocer, como apuntó uno de los que opinaron, que soy de los que he estudiado a fondo el método Orberg (y alguno más antiguo) para usarlo o adaptarlo a mis clases y resulta que he aprendido latín. Aunque sólo sea la prosodia: ¿hay alguien que pueda decir que no ha corregido la acentuación de una sola de sus palabras tras oír a otros en la red?

Sí quería decir una cosa. LOS INTENTOS DE RENOVACIÓN METODOLÓGICA Y LA PRODUCCIÓN Y EL INTERCAMBIO DE CONTENIDOS, EXPERIENCIAS Y OPINIONES, QUE, CON EPICENTRO EN CHIRON, y con conexión a redes sociales (ahora sigo en Twitter a una decena de compañeros), están teniendo lugar. NO TIENE PARANGÓN EN NINGUNA OTRA ASIGNATURA – y de esto puede dar fe cualquiera de los que todos los años damos otras asignaturas (Lengua, Historia, Economía etc) y pasamos más horas preparando una de ellas que para todos nuestros cursos. Por buenas páginas que, por supuesto, hay, están a años luz. Por eso, creo que todo el mundo debe aggiornarse, incluyendo el estudio a fondo y la experimentación con los nuevos métodos, y estar preparado para impartirlos, aunque luego lo excluya por inútil y se decante por el de siempre. Nadie mediría hoy la circunferencia de la tierra por el método de Eratóstenes, pero ¿qué profesor de física sería el que no fuera capaz  de explicar cómo se puede hacer? Además, no hay disculpa con la cantidad de material que circula por la red (vídeos de Yarbrough etc), que te permiten probar y valorar.

Es cierto que tanto garum, Playmóbil, Caperula Rubra, naves mersae etc. tienen su origen, como señala Álvaro Vilariño en Vae grammaticis, en la debilidad de nuestra asignatura en el mundo actual y en la escuela, lo que nos impulsa a intentar hacer el producto más atractivo, a veces hasta extremos risibles. Pero no lo es menos que al final del viaje sabemos más latín, más arte, historia, teatro, cultura, pedagogía, técnica (sí) etc  y, por lo tanto, estamos más preparados que los demás para hacer nuestra labor. Esto se llama exaptación. Aprovechemos la oportunidad: exaptémonos. La supervivencia puede ir en ello.