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lunes, 17 de marzo de 2014

LATINVM AD LATRINAM (XX): EN LA RUSIA DE LOS ZARES



[1.Nuestra mala fama se xtiende a Oriente. De la situación del latín en Rusia, ahora o antes, prácticamente no sé nada; solamente lo que leí en el artículo de Patricia Varona, Homero en la estepa: las primeras traducciones de los clásicos griegos al ruso (Estudios Clásicos, Anejo 1, 2010). En él la autora menciona los esfuerzos de Sergéi Semiónovich Uvárov, ministro de educación (1833-1849) por reforzar la posición del latín en el currículo e introducir el griego como asignatura obligatoria. Sin embargo, –añade la autora- la oleada revolucionaria de 1848 en Europa lleva al zar Nicolás a restringir severamente la enseñanza del griego clásico. Y es que la historia de las lenguas clásicas en Rusia es un capítulo del movimiento de europeización de ese país.

2. Lo que sí recuerdo son varios pasajes de los grandes autores rusos del XIX sobre sus estudios de latín, y no precisamente en el sentido señalado. Uno de ellos es  el ingeniero y cuentista NICOLÁS GARIN (1851-1906), hoy casi olvidado  en nuestro país, que escribió también una serie de novelas, ambientadas muchas en la tan de actualidad Crimea. Cuatro de ellas cuentan la vida de Tioma Kartachov: La infancia, Los colegiales, Los estudiantes y Los ingenieros. Buen observador, en ellas se puede rastrear los problemas de ucranios y rusos o la intuición de la inevitabilidad de una revolución.]

En la segunda de ellas, Los colegiales, el latín ocupa un lugar imporante, para mal, claro. Aparte del borrachín de griego, dos son los profesores de latín que aparecen en ella. He aquí el retrato del primero, donde se encuentra uno de mis piropos preferidos contra nuestra raza de ogros:


            Los profesores …. eran objeto de una crítica constante.

            El más atacado era  Jlopov, el de latín. Todos los alumnos le detestaban. Cuando atravesaba casi corriendo y sin mirar a nadie el corredor, con su cara roja y sus gafas azules, los alumnos de las clases superiores le dirigían miradas de desprecio.
           
             ¡Está tan colorado porque acaba de beberse la sangre de sus víctimas! -solía decir alguno en voz alta, para que el profesor le oyese,

            Las víctimas, la mayoría chiquillos de primero o segundo año, corrían tras él lloando y suplicándole  que les mejorase  las notas. Pero él no hacía caso ni de las lágrimas de los pequeños ni de las burlas de los mayores, y procuraba llegar lo más pronto posible al gabinete donde se reunían los profesores. Allí, entre clase y clase, iba y venía, excitado, furioso, de un extremo a otro de la estancia, sin cruzar la palabra con sus colegas, que tampoco le querían. Aislado, renegando para su capote de todo y de todos, esperaba el momento de empezar la nueva batalla.

            Sus víctimas preferidas eran los muchachos apocados, tímidos. Con verdadero sadismo los martirizaba, los perseguía, les hacía llorar. Acababan por inspirarle una especie de ternura: tanto placer encontraba en atormentarles.


Pero lo importante no es el retrato personal de los profesores de latín, sino que estos y su asignatura simbolizan las fuerzas retrógradas, antidemocráticas. Los adolescentes protagonistas lo rechazan y les da igual suspenderlo. Su actitud se declara rotundamente en el artículo que escribe el protagonista para un periódico escolar que editan los colegiales:

                              
- Para el primer número- añadió Kartachov- escribiré un artículo sobre los incovenientes de la educación clásica…de la enseñanza del latín y el griego.

-          ¡Un bonito tema! –exclamó Kornev. (…)

- Tal vez el artículo te salga tan bien que se lea en las altas esferas…y, ¿quién sabe?, motive la supresión del latín y el griego en los colegios.



Pero clave para la novela es el segundo profesor de latín, último obstáculo de Tioma para ir a la Universidad. A él le dedica un capítulo entero en el que se cuenta el examen de latín, del que Kartachov sale victorioso gracias a un cambiazo y la ayuda del director del colegio, que temía a un pariente de Tioma general. Es algo largo, pero, por si a alguien le interesa, lo subo por la tarde.

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